Le Corde Sensible. Magritte

Le Corde Sensible. Magritte
Le Corde Sensible. Magritte, 1960

domingo, 18 de enero de 2015

Sugerencias para reducir el estrés: ¿Cuánto marca tu "quejómetro"?



La situación económica actual es mejorable, claramente. Muchos políticos han dado muestras de corrupción. Nuestra pareja nunca deja las cosas en su sitio, o habla demasiado, o demasiado poco... Nuestro jefe es un cretino, por definición, y hace las cosas muy mal. Ese compañero es un trepa, o un chivato, o un pelmazo, y no "debería" comportarse como lo hace. Esa pareja amiga educa fatal a sus hijos. El vecino aparca siempre inadecuadamente en el garaje...
¿De cuántas cosas podemos quejarnos al cabo del día? ¿Te has parado a pensar cuánto tiempo y energía invertimos en quejarnos de cosas sobre las que no tenemos ningún control?

Hay muchas cosas sobre las que no tenemos capacidad de influencia, por más vueltas que les demos. Por mucha razón que tengamos, y por injusta que nos parezca la vida,  "lo que é, é". Sé que, cuando no se puede hacer nada, quejarse alivia mucho. Y es verdad que a veces es útil desahogarse... una vez, dos veces... pero a la tercera ya puntúa alto en el “quejómetro”, y empieza a ser un desgaste de tiempo y energía que podríamos invertir en otra cosa. Si no hay forma de solucionar el asunto, es decir, si quejarse no sirve para resolver el problema, altas puntuaciones en el "quejómetro"  incrementan mucho los niveles de estrés, por el gasto de energía que supone y la cantidad de atención que se le dedica a algo que no va a tener resultados.

Si tu puntuación en el "quejómetro" es elevada, puedes aplicar lo que ya recomendaba Sócrates en el siglo V a. C:
Un día, el gran filósofo se encontró con un conocido, que le dijo muy excitado:
- "Sócrates, ¿sabes lo que acabo de oír de uno de tus alumnos?"
- "Un momento" respondió Sócrates. "Antes de decirme nada me gustaría que pasaras una pequeña prueba. Se llama la prueba del triple filtro"?
- "¿Triple filtro?"?
"Eso es", continuó Sócrates. "Antes de contarme lo que sea sobre mí alumno, es una buena idea pensarlo un poco y filtrar lo que vayas a decirme. El primer filtro es el de la Verdad. ¿Estás completamente seguro que lo que vas a decirme es cierto?
- "No, me acabo de enterar y..."?
- "Bien", dijo Sócrates. "Así que no sabes si es cierto lo que quieres contarme. Veamos el segundo filtro, que es el de la Bondad.
¿Vas a contarme algo bueno de mi alumno?"
- "No. Todo lo contrario..."?
- "Con que" le interrumpió Sócrates, "quieres contarme algo malo de él, que no sabes siquiera si es cierto. Aún puedes pasar la prueba, pues queda un tercer filtro: el filtro de la Utilidad. ¿Me va a ser útil esto que me quieres contar de mi alumno?"
"No. No mucho."
- "Por lo tanto" concluyó Sócrates, "si lo que quieres contarme puede no ser cierto, no es bueno, ni es útil, ¿para qué contarlo?“ 

Así que, antes de contar o escuchar algo sobre alguien o algo, aplica el triple filtro; si no cumple  los tres, por ejemplo, si es cierto, pero no es bueno ni es útil (sobre todo esto último)...a lo mejor no merece la pena invertir atención, tiempo y energía en ello.
Te propongo que, en los próximos días, observes cuánto marca tu “quejómetro” e intentes reducirlo. Tus niveles de estrés lo agradecerán. Lo realmente importante es dar el paso, y aunque sea pequeño... hasta el viaje más largo empieza con el primer paso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario