Le Corde Sensible. Magritte

Le Corde Sensible. Magritte
Le Corde Sensible. Magritte, 1960

lunes, 3 de septiembre de 2018

¿"Bajón post-veranil"? Algunas sugerencias para llevarlo mejor

Cada año, muchas personas refieren pasar por un período de "desdicha y desánimo" al incorporarse de nuevo a su vida habitual y a la rutina. Dicho período es conocido popularmente de muchas maneras: “Sindrome postvacacional”,  “Estrés o Depresión postvacacional”, ....  

Tomado de aquí
Algunas fuentes lo definen como “ansiedad o presión emocional que debemos afrontar al readaptarnos a las tareas laborales después de un período vacacional”. Sin embargo, frecuentemente aparece, no sólo en las personas que tienen un empleo remunerado, si no también en cualquiera que se reincopore a su rutina habitual tras un marcado cambio de hábitos: niños, estudiantes, amas de casa, personas en situación de búsqueda de empleo...

No existe acuerdo científico entre psicólogos y psiquiatras sobre su existencia, y desde luego no aparece como tal en ningún manual serio de “trastornos psicológicos”; pero el caso es que en muchos casos puede aparecer sensación de apatía, desánimo, irritabilidad, dificultades para relacionarse con los demás, insomnio… Todos estos aspectos pueden estar más relacionados con la necesidad, totalmente normal, de adaptarnos de nuevo a un ritmo de vida en diferentes aspectos vitales:

- Aspectos fisiológicos: Durante el verano cambian los ritmos de sueño, de alimentación,  la exposición a la luz (lógicamente, durante el verano hay más horas de luz), al tiempo pasado al aire libre...

Tomado de aqui
- Aspectos conductuales: Posiblemente hemos ido con menos prisas al hacer las cosas;  hemos dedicado tiempo a cosas totalmente diferentes a las habituales; puede que nos hayamos movido más; hemos dedicado más tiempo a gente a la que no vemos durante el “curso académico” (incluida la pareja),…y nos hemos podido permitir el lujo de posponer responsabilidades y toma de decisiones para “después del verano”,  en el más puro estilo de Escarlata O’Hara en “Lo que el viento se llevó”, (“Ya lo pensaré/haré mañana”).  

Aquí dejo algunas sugerencias que permiten adaptarse mejor, e, incluso, que esta situación sirva para introducir cambios en los hábitos para ir más en la dirección de la vida que queremos.

1.- Para la adaptación más fisiológica, es importante regular cuanto antes los ritmos de sueño y alimentación, y adaptarlos a los habituales (y saludables) dentro de este nuevo ritmo. 

2.- Es conveniente, también, pasar tiempo al aire libre y mantener en lo posible la exposición a la luz natural. Un simple paseo de 10-20 minutos, aunque sea a la hora de comer, puede ayudarnos a ir adaptándose a los nuevos ciclos de luz, y además incrementaremos el ejercicio físico.

 3.- Es poco probable que rindas al principio como lo haces habitualmente. Poco a poco volverá el ritmo, pero es bueno darse permiso para adaptarse a las nuevas rutinas.

4.- Siéntate unos momentos a reflexionar. ¿Qué cosas has hecho/vivido en este verano que son importantes para ti? Normalmente, lo que hemos disfrutado, lo que “echamos de menos ahora” y nos produce malestar no tenerlo, nos puede dar una pista para una  "brújula" vital. ¿Tu familia? ¿Tu pareja? ¿Tus hijos? ¿Tus amigos? ¿El ocio? ¿Tu mascota? ¿Ser útil a otros?.  Estas pistas son muy importantes para poder elegir aspectos en los que focalizar la energía y la conducta en este nuevo “curso”.

5.- Sigue haciendo cosas que te gusten/son importantes para tí, no sólo en los fines de semana, si no cada día. Comer con amigos, dedicar tiempo a la pareja, leer... un ratito cada día.

6.- Una vez centrada la "brújula", elige una o dos áreas en las que quieres “invertir tiempo”. Y piensa en conductas concretas que podrían acercarte a tener una mejor vida en ese área. Si, por ejemplo, has descubierto que querrías pasar más tiempo con tu pareja, ¿qué tal planificar que una vez al mes/semana vais a salir a realizar una actividad juntos y solos?. Recuerda que si quieres hacer algo, es mucho más probable hacerlo si lo describes de forma concreta en términos de qué vas a hacer, cuándo (fechas y horas), cómo, con quién…. (recuerda este post). 

7.- Céntrate en el presente: Es la única manera de VIVIR.... lo pasado ya no está y el futuro aún no ha llegado. Fantasear sobre lo bien que lo hemos pasado, o lo bien que viviríamos si pasara X … no ayuda si no lo llevamos a la práctica como se ha expuesto en el apartado anterior. Si recordamos con nostalgia el viaje a Praga… empieza a planificar (en conductas concretas y en el presente) algún viaje o actividad para los próximos puentes. Si no es posible, deja el pensamiento estar y céntrate en la actividad que toque hacer en el momento y/o en alguna que te acerque a la vida que quieres vivir.

En la mayoría de los casos, todas esas sensaciones de apatía, desánimo, irritabilidad, dificultades para relacionarse con los demás, insomnio…, desaparecen al adaptarnos al nuevo medio. Si no lo hacen en un tiempo prudencial, a lo mejor puedes beneficiarte de la ayuda de un profesional que te acompañe a dirigirte hacia esa vida que quieres.


Lo realmente importante es ELEGIR como te quieres comportar durante este curso 18-19 ... y dar el paso siguiente YA, aunque sea pequeño... hasta el viaje más largo empieza con el primer paso...