Cada año por esta época, casi como una tradición más, nos
planteamos “propósitos de año nuevo": Aprender inglés, Perder X kgs, Ir al
gimnasio, Dejar de fumar.... Y muchas veces, hacia mediados de febrero, tales
propósitos se han.... "desvanecido". Allí estaremos, tirados en el
sofá, habiendo ido a la academia o al gimnasio "una o ninguna vez", y
comiendo algún tipo de alimento delicioso pero no muy "orientado" a
la pérdida de peso..
Si esto te suena familiar, no estás solo/a... Incluso
definiendo bien los objetivos (más información aquí), los estudios revelan que
sólo el 8% de las personas consiguen realmente cumplir sus Propósitos de Año
Nuevo.
¿Por qué nos pasa
eso?
Quizá el problema está
precisamente en el concepto de "Propósito"; los
"Propósitos" de Año Nuevo tienen un cierto "tufo" de
obligación y rigidez.... "tengo que/debo" ir al gimnasio, hacer
dieta, ir a clase.... Y además lo planteamos en términos absolutos "Lo hago/No
lo hago".
Por un lado, el mero hecho de "tener que" hacer
algo ya nos estresa; muchas mentes "odian" el concepto de
"obligación". ¿Cuántas obligaciones tenemos ya a lo largo del día?
¿De verdad me voy a poner una más? ... En el momento de ponernos "manos a
la obra", nuestra propia mente puede boicotear nuestros más decididos
esfuerzos "¿Ahora al gimnasio/academia? ¿Con lo cansado/a que
estoy?"¡Si ya hago esfuerzos todo el rato simplemente para poder llevar la
vida que llevo!" Y en cuanto
cedemos una o dos veces al "boicot" momentáneo de nuestra mente,
abandonamos la lucha, y nos dejamos llevar por nuestros hábitos de siempre.
Por otro lado, el plantearnos "retos" en términos
absolutos, no deja espacio al hecho, real, de que somos humanos y, por tanto,
de vez en cuando "nos salimos" del camino.
¿Qué podemos hacer para cambiarlo?
Una buena sugerencia es plantearnos una
"Dirección" para este año, en vez de "Propósitos". La
palabra Propósito hace que focalicemos en el "resultado", en vez de
en el proceso. La palabra "Dirección" implica dirigirse hacia,
focalizar la atención en un determinado sentido. Una Dirección es mucho más
flexible, admite mucho mejor los errores y "salidas" del camino, y
permite realizar pequeños pasos, ya que cualquier tamaño de paso te permite
avanzar. También permite volver al camino que hemos elegido, sin tener que
"abandonar" si en algún momento nos hemos salido.
Para ello:
- Planteate el "PARA QUÉ": Esa DIrección, ¿te
acerca hacia la persona que quieres ser, la vida que querrías vivir?.
Pregúntate PARA QUÉ querrías llevar a cabo ese propósito. Por ejemplo, un
clásico, "Perder peso". ¿Quieres perderlo porque realmente te
preocupan los efectos sobre tu salud, y lo que eso puede significar para las
personas que te importan? ¿O sólo para que tu pareja/familia deje de darte la
lata? Es mucho más probable que pongas "manos a la obra" si la razón
es importante para ti; si lo haces por complacer a otros, o "para que te
dejen en paz", la "voluntad" para llevarlo a cabo durará
poco...Cuanto más te importe, más probable es que lo hagas.
- Describe la DIRECCIÓN: "Voy a comer más sano"
(en vez de "voy a hacer dieta"), "hacer más ejercicio" (en
vez de "voy a ir al gimnasio), "exponerme" a cosas en inglés
(ver series, leer libros, aprovechar oportunidades de hablar en inglés...),
"fumar menos cigarros" (en vez de "Voy a dejar de fumar").
- Elige CONDUCTAS CONCRETAS que se encaminen en esa
dirección. Por ejemplo, en vez de (o además de) ir al gimnasio, caminar hoy 10
minutos más, o subir UN piso andando; o comer HOY algo más verdura y/o fruta; o
no fumarte ESE cigarro... un cigarro menos ya es un paso más en la dirección
elegida. Esto facilitará que tengas un menú mucho más amplio de conductas a
realizar, y siempre se pueda hacer algo, por pequeño que sea, que te acerque a
la situación deseada.
- Focaliza en el PROCESO, en vez de en el Resultado: Poner
el foco en pequeños pasos que te acerquen a la situación deseada facilitará
mucho la mejora . Y toda conducta sucede AQUÍ Y AHORA.
- Sé AMABLE contigo mismo; sea cual sea la Dirección que has
elegido, habrá días y semanas que no estemos a la altura de nuestras expectativas..
. y es normal, porque somos humanos. Un hecho fundamental es que siempre, en
cualquier momento, podemos volver a empezar, volver al camino, realizar
cualquier conducta, por pequeña que sea, que nos haga avanzar en la dirección
elegida.
Lo realmente importante es hacer algo, dar un paso, aunque
sea pequeño... cada pequeña gota va llenando un cubo… y hasta el viaje más
largo empieza con el primer paso...
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